






En Perro Mochilero queremos que vivas una experiencia increíble junto a tu mejor amigo, porque sabemos que ellos son parte de la familia, que su alegría es la nuestra y que no hay sonido más feliz que el de sus cuatro patitas corriendo a nuestro lado.
Sabemos que viajar con ellos no siempre es fácil: hoteles que no aceptan mascotas, transportes complicados, restaurantes con restricciones…
Por eso, en Perro Mochilero nos encargamos de todo: buscamos lugares mágicos, planeamos cada detalle y hacemos que tú y tu perruno solo se preocupen por una cosa…
👉 disfrutar juntos la aventura.
Nos inspira crear aventuras únicas e inolvidables en México y en el mundo Pet Friendly.
En Perro Mochilero queremos que vivas una experiencia increíble junto a tu mejor amigo, porque sabemos que ellos son parte de la familia, que su alegría es la nuestra y que no hay sonido más feliz que el de sus cuatro patitas corriendo a nuestro lado.
Sabemos que viajar con ellos no siempre es fácil: hoteles que no aceptan mascotas, transportes complicados, restaurantes con restricciones…
Por eso, en Perro Mochilero nos encargamos de todo: buscamos lugares mágicos, planeamos cada detalle y hacemos que tú y tu perruno solo se preocupen por una cosa… “disfrutar juntos la aventura”.
Ragnar, el cachorro travieso en 1000 Islas
¡Hola, humanos! Soy Ragnar, mezcla de pastor belga y pastor alemán, hijo de Lobo, y esta fue mi primera gran aventura.
En el parque Hundido me encontré con mi hermana Delta y fue todo un drama familiar: ella me reclamaba cosas que ni entendía y yo solo quería subirme a la camioneta. Después nos reconciliamos y comenzamos nuestras luchas de cachorros como si no nos hubiéramos visto en años.
Al llegar a la laguna, era hora de demostrar que somos nadadores natos como papá. Corrimos, nadamos y mamá humana casi llora de orgullo. Las islas eran privadas, ¡solo para nosotros y otros peludos! Nadé, exploré, tomé sol y hasta defendí a Delta de un intruso que quiso meterse en nuestro juego.
Entre chapuzones, carreras y juegos, también tuve que esperar la comida, ¡y lloré un poquito de hambre! Pero todo valió la pena: agua, sol, aventuras y travesuras sin fin. Ahora soy un animalote listo para la próxima locura.
Si tú también quieres explorar el mundo con tu peludo, únete a Perro Mochilero.



Lobo Marino en la Riviera Maya
¡Guau, viajeros! Soy Lobo, pastor alemán y orgulloso perro Marino. Amo el agua en todas sus formas: playa, río, cascada, regadera… si moja, ¡me lanzo y hago olas con mis patas!
Esta vez mi mamá humana planeó un viaje a la Riviera Maya y, aunque pedí vacaciones de soltero, me llevó también a Ragnar, mi hijo travieso. Me dijo: “si tienes hijos, los aguantas”. Trampa total
En el camino Ragnar no paraba: caminaba por toda la camioneta, se subía a la gente y hasta intentó sentarse con los choferes. ¡Qué oso!
Primera parada: Isla Aguada, agua, arena y felicidad total. Luego Campeche, donde Ragnar se asustó con las estatuas (yo solo fingí no conocerlo y me reí).
Después, Holbox: arena blanca, mar azul y cero olas. Nadé, jugué con mi balón y cuidé a mi mamá cuando se metía al agua. También visitamos Playa Cuyo, Sisal y un cenote privado, ¡me sentí estrella de cine! Cerramos en Villa Rica, Veracruz, entre dunas, chapuzones y muchas risas.
Fue un viaje inolvidable, lleno de agua, sol y diversión. Ahora entiendo por qué me llaman Lobo Marino… ¡nadie me saca del agua! Si tú también quieres aventuras así, únete a Perro Mochilero y descubre el mundo con tu peludo.


